Con origen en el vocablo latino potentĭa, la palabra ‘potencia’ se usa en español para describir múltiples temáticas. El primero de los significados que se le atribuye de manera oficial (es decir, respaldado por la Real Academia Española) indica que este término refiere a la capacidad para generar un efecto o concretar algo.

Asimismo, se lo acepta para representar la fortaleza, el empuje y el poder de una nación; para hacer alusión al entendimiento, la memoria y la voluntad (tres cuestiones que están consideradas como facultades del alma humana); para representar en el ámbito matemático al producto que se obtiene al multiplicar un determinado número por sí mismo en diversas oportunidades y para hacer referencia en el plano físico a la cantidad de energía que puede llegar a producirse o a gastarse en un determinado periodo de tiempo.

De las diversas deficiones se desprenden distintas categorías, entre las cuales se pueden mencionar a las potencias puras (tal como se conoce a aquellas que perdieron actualidad pero pueden volver a entrar en vigencia en cualquier momento) y a las potencias acústicas (expresión que alude a la cantidad de energía que emite una cierta fuente por unidad de tiempo).

Claro que también hay potencias eléctricas, potencias entendidas desde el plano óptico (para describir a la capacidad de un espejo o lente para lograr que un haz de luz converja o diverja), potencias de puntos geométricos, potencias militares, potencias económicas, potencias mundiales, potencias regionales, potencias históricas y superpotencias, entre muchas otras que permiten ampliar el alcance del término.