Tanto el acto como la consecuencia de indemnizar se conocen como indemnización. Estos resarcimientos pueden generarse por diferentes motivos, por eso es importante informarse sobre el tema y saber distinguirlos entre sí.

Una indemnización por daños y perjuicios, por ejemplo, puede derivar en un resarcimiento contractual si alguien no cumple el compromiso asumido y perjudica a alguien con esta acción o bien en un resarcimiento extracontractual si el daño se desencadena por acción u omisión (por ejemplo, al cometer un delito se lesiona a alguien y se lo deja abandonado).

Cuando en un marco laboral el empleador decide ponerle fin al contrato de un trabajador sin justificación, entonces el empleado tiene derecho a recibir una indemnización por despido. Las condiciones y los montos de este proceso dependen de la regulación en cada país.

En territorio chileno, por describir un caso a modo de referencia, existe la indemnización por años de servicio (la cantidad a pagar se calcula en proporción al total de años que el despedido trabajó en el lugar donde se lo ha cesado) y la indemnización sustitutiva del aviso previo (de acuerdo al Derecho Laboral que rige en Chile, el empleador abona esta modalidad al despedir al trabajador sin respetar los plazos de aviso previo que marca la ley). Según se informa, como ambas son compatibles, si las condiciones así lo permiten el empleado puede reclamar las dos.

Por último, hay que mencionar además la existencia de las indemnizaciones destinadas a veteranos de guerra, a modo de reparación por los daños y perjuicios sufridos en el contexto bélico.