Las zonas que se caracterizan por tener aguas subterráneas o superficiales de profundidad escasa se definen como humedales. Si investigamos al respecto podremos descubrir, entre otros, al humedal Tibanica, al humedal La Vaca, al humedal Tibabuyes (más conocido como Juan Amarillo) y al humedal Santa María del Lago, todos ellos ubicados en Colombia. En territorio chileno, por otra parte, se localizan humedales como el denominado Boca Maule y en Costa Rica, el humedal Riberino Zapandí, por indicar otras referencias.

Para clasificar estos lugares pueden tomarse en cuenta diferentes cuestiones relacionadas a sus orígenes, sus funciones y a las particularidades de composición y permanencia que presente. Hay en el mundo diferentes clases de humedales, muchos de ellos naturales y otros de carácter artificial que han surgido en distintas épocas por necesidades humanas.

En materia morfológica es posible distinguir múltiples sistemas de humedales, dando origen al grupo de los humedales marinos (como los arrecifes de coral, que no resultan influidos por el caudal fluvial), por ejemplo.

Los humedales ribereños que se reconocen en bosques anegados, entre otras zonas, se diferencian del resto por ser tierras que, cuando los ríos desbordan, se inundan de modo frecuente.

Al buscar otras variedades de humedales aparecen asimismo como opciones a tener en cuenta los estuarios (como los bancos fangosos, con ríos que desembocan en el océano), los humedales lacustres (como las lagunas, tierras cubiertas de manera permanente con agua que no tiene demasiada circulación) y los humedales palustres (como las ciénagas y todo ecosistema donde el agua se mantenga constantemente).