¿Sabías que el concepto de grifo es mucho más que el dispositivo que se abre y se cierra para regular el flujo de agua que pasa por una cañería? Hay en la práctica, a escala internacional, muchas interpretaciones en relación a este vocablo.
Hay quienes relacionan la noción con el cabello enmarañado o crespo; otros que describen así a quien se ha intoxicado con marihuana; gente que alude con este término a las gallinas y gallos con plumas encrespadas; testimonios que reservan la palabra para hacer referencia a un animal mitológico mitad león mitad águila y poblaciones que presentar al grifo como un surtidor, por ejemplo, de queroseno o gasolina.
Si pensamos en cocinas y cuartos de baño, por señalar algunos ambientes a modo orientativo, podremos saber que en otros tiempos hubo grifos de agua individuales que fueron reemplazados con los años con los grifos monomando o monocomando (que se giran de un lado a otro según la temperatura y el caudal deseados). Asimismo, hay grifos mezcladores (para duchas, bañeras, bidé, fregadero, lavabos) y grifos termostáticos (suelen reservarse a duchas y bañeras).
En los laboratorios, en tanto, hay dispositivos que poseen grifos de cierre para evitar o restringir el paso de fluidos por embudos de decantación, buretas y elementos similares.
Por último, resulta interesante indicar que el Grifo de Redován es el nombre que identifica a una escultura hallada en 1893 basada en la imagen de una criatura mitológica, mientras que el Grifo de Barcelona es una figura confeccionada en fibra de vidrio presentada a comienzos de 1994.