Algunas frases son imposibles de olvidar, quedan en nuestra memoria o en el recuerdo colectivo para arrancar sonrisas, provocar indignación, generar conciencia o hasta para disparar toda clase de anécdotas. Así sucede con declaraciones públicas fuertes o con gran repercusión realizadas por alguna personalidad influyente pero también con expresiones familiares que quedan en la memoria: “Mi abuela solía decir que…”, “Mi mamá tenía una frase de cabecera…”, “Esa frase me hace acordar a los dichos de mi padre…”.
Cuando uno investiga la clasificación de las frases también descubre la existencia de frases populares que continúan vigentes pese al paso del tiempo y frases fuera de lugar que se citan de manera inapropiada en ciertos contextos.
La variedad se enriquece asimismo con las frases célebres y con aquellas que pueden ser definidas en función de la temática que abordan desde su contenido. Hay frases de amistad, frases de amor, frases religiosas, frases sobre animales, frases relacionadas a los deportes (el fútbol, por ejemplo), frases de política, frases vinculadas a la familia, etc.
Las frases graciosas, las frases de canciones, las frases textuales, las frases hechas, las frases sacramentales, las frases tanto positivas como negativas, las frases obscenas, las frases feministas y machistas, las frases sarcásticas, las frases filosóficas y las frases cotidianas que surgen de modo espontáneo ante una determinada situación son otras alternativas que nos demuestran la versatilidad de las frases, tal como se define a los enunciados de extensión variable que nos permiten resumir qué sentimos, pensamos o queremos en cada momento de nuestra existencia.