Mucha gente padece epilepsia. Y hay también una amplia cantidad de personas que desconoce cómo es, cuál es el origen y qué produce esta enfermedad. Con fines orientativos, a modo de introducción general al tema, en los párrafos siguientes describiremos diferentes clases de epilepsia.

En primer lugar, señalaremos que esta patología se caracteriza por provocar crisis repentinas de corta duración que incluyen convulsiones y una pérdida de conocimiento brusca.

Durante la infancia, por señalar un caso puntual, se puede presentar en los niños menores de doce años de edad una epilepsia idiopática conocida como epilepsia de ausencia infantil. En niñas de hasta tres años de edad, en tanto, puede llegar a desencadenarse una epilepsia genética definida como síndrome de epilepsia restringida que, en otros tiempos, se creía propia de pequeñas con retraso mental aunque con los años se comprobó que no necesariamente debe haber un retardo mental o madurativo para padecer este problema.

Más común que estos cuadros es la epilepsia benigna definida como epilepsia rolándica que se manifiesta en los primeros años de vida y desaparece al llegar la pubertad.

Por otra parte, hay que marcar diferencias entre la epilepsia reactiva (síndrome desencadenado por una patología previa) y la epilepsia refleja (crisis surgidas a partir de un estímulo sensorial). Asimismo, la categoría de epilepsias de origen genético abarca los subgrupos de epilepsia monogénica y de epilepsia oligogénica.

Además de conocer estas posibilidades, es interesante saber también que hay personas diagnosticadas con epilepsia primaria de la lectura, epilepsia occipital benigna, epilepsia catamenial y epilepsia nocturna del lóbulo frontal autosómica dominante.