Se habla de epidemia cuando, en una ciudad o país, mucha gente de manera simultánea y durante un periodo específico de tiempo contrae la misma enfermedad. Si este brote trasciende las fronteras y se extiende por el mundo ampliando la cantidad de afectados, entonces se trata de una pandemia.
A lo largo de la Historia, como tal vez recuerden algunos de ustedes, se registraron epidemias centradas en diferentes patologías. Por este motivo, podemos saber cómo y dónde fueron las epidemias de chikunguña (generada por la picadura de un mosquito), las epidemias de cólera (enfermedad infecciosa que, entre otros problemas, genera deshidratación por diarrea severa y vómitos reiterados) y la epidemia de peste que, en 1649, afectó la ciudad española de Sevilla derivada de la epidemia de peste bubónica proveniente de África.
Asimismo, es posible distinguir entre epidemias víricas y epidemias bacterianas, producidas por agentes distintos pero que pueden llegar a tener el mismo poder mortal, provocando la pérdida de incontables vidas humanas.
Se define como epidemia de crack, por otra parte, a la época comprendida entre 1984 y 1990 donde, en territorio estadounidense, se registro un incremento significativo del consumo de crack.
Cabe destacar que, al haberse encontrado la cura para varias enfermedades que mucho daño han hecho a la humanidad, se pudo dejar en el pasado a ciertas epidemias antiguas pero, aún así, siempre se corre el riesgo de que aparezcan epidemias nuevas que obliguen a investigar patologías modernas a fin de hallar vacunas o establecer métodos efectivos de prevención que protejan a la población.