Los ecualizadores son herramientas que permiten cambiar las características de un sonido, modificando los valores que presentan las frecuencias a la hora de la reproducción. De acuerdo a sus características, es posible distinguir entre diferentes tipos de ecualizadores.

Podemos, en principio, dividir a los ecualizadores en dos grandes grupos: los ecualizadores virtuales (que son básicamente programas informáticos) y los ecualizadores físicos (máquinas que se conocen como consolas).

Según la manera en que procesan la información, se puede hablar de ecualizadores digitales o ecualizadores analógicos. Los circuitos de los ecualizadores digitales trabajan con datos binarios, mientras que los circuitos de los ecualizadores analógicos pueden manejar variables que, al menos desde la teoría, adoptan infinitos valores.

Los ecualizadores paramétricos, por otra parte, son aquellos que toman de manera individual tres parámetros de cada una de las bandas. Dichos parámetros son la ganancia, el ancho de banda y la frecuencia central. Cuando el dispositivo posibilita el control de dos parámetros y deja fijo el tercero, se habla de ecualizador semiparamétrico.

Los ecualizadores gráficos dividen la señal de sonido en varias bandas de frecuencia para modificar la ganancia de manera independiente y exhibiendo la compensación de forma visual.

Otro tipo de ecualizador es el ecualizador Shelving, que solo permite el control de los agudos y de los graves. Esta limitación de opciones hace que no se emplee en el sector profesional.

Siguiendo con el repaso de las distintas clases de ecualizadores, cabe mencionar por último la existencia de los ecualizadores de barrido, centrados en el manejo de tres o cuatro bandas.