La teoría indica que el concepto de demografía se utiliza para mencionar al estudio de carácter estadístico que se realiza sobre un grupo humano para obtener información relevante sobre un periodo específico o estado de evolución en materia de estructura, dinámica, dimensión, formación y conservación, entre otras variables.
Esta disciplina proporciona datos de interés importantes a la hora de hacer proyecciones de población, planificar la salud pública, desarrollar indicadores de salud, llevar a cabo estudios de epidemiología, etc.
Es interesante tener en cuenta que la demografía se puede abordar desde dos enfoques. Uno de ellos se conoce como demografía estática y abarca análisis de un cierto ciclo temporal en relación al territorio, las particularidades estructurales y la dimensión. Expresado de otro modo, la demografía estática apunta a distinguir cuántos individuos, en un momento específico, habitan una zona geográfica delimitada; si las poblaciones se distribuyeron y ampliaron su territorio o bien disminuyeron el área ocupada; la nacionalidad, la edad, el estado civil, el género, el nivel socioeconómico y el idioma de las personas estudiadas, etc.
La otra alternativa es la llamada demografía dinámica, cuyo fin es examinar a las poblaciones humanas a partir de su evolución a lo largo del tiempo. Para ello, se hace foco en la inmigración y emigración, en las tasas de mortalidad, natalidad y fecundidad, en el tipo y nivel de educación y en los casos de divorcio, entre otras cuestiones que permiten conocer la estructura, la dimensión, los rasgos distintivos y la distribución geográfica de determinados grupos humanos.