En nuestros hogares tenemos (y usamos a diario) diferentes clases de cucharas: algunas para cocinar (revolver en la olla, entre otras acciones), otras para comer (la cuchara es la aliada ideal para tomar sopa o guisos, por ejemplo) y una tercera opción nos sirve para el postre (frente a un kilogramo de helado, la cuchara se vuelve imprescindible). Pero el mundo de las cucharas es mucho más variado e interesante, por eso en los párrafos siguientes detallaremos otras alternativas que amplían las aplicaciones de este utensilio que se complementa con tenedores y cuchillos.
En los entornos rústicos, por indicar un caso puntual, la comida se recoge con las llamadas cucharas de pan, que no son más que pedazos de pan que reemplazan la función de las cucharas tradicionales.
A nivel cotidiano, en cambio, se utilizan las cucharas de madera, las cucharas de metal y las cucharas de plástico. En materia ornamental, se destacan las cucharas realizadas con materiales diversos y decoradas de múltiples formas de acuerdo al estilo que se les desee dar.
Distinto es el caso de la llamada cuchara de albañil, una herramienta de formato triangular que se emplea en el campo de la construcción para recoger y transportar materiales como el cemento y el yeso.
De buscar más propuestas, encontraremos cucharas pequeñas típicas de China, cucharas de hueso, cucharas de cuerno, cucharas forjadas, cucharas de absenta (con un diseño y formato especial para preparar la bebida) y cucharas medidoras (para dosificar sustancias en polvo o líquidas, como leche, remedios, harina, etc).