Elegir un buen colchón es fundamental para descansar bien. Y en casos especiales, como ocurre cuando alguien está enfermo y debe permanecer mucho tiempo en reposo o si se trata de un bebé, se vuelve importante seleccionar el colchón adecuado para el bienestar del individuo. Por eso hoy haremos referencia a la diversidad que existe en relación a este producto para proporcionarles datos de interés y referencias que pueden tener en cuenta al momento de adquirir y/o utilizar un colchón.

La oferta es amplia y variada. Hay colchones de aire que incluyen entre medio de dos superficies una capa de aire a presión que amortigua los movimientos de quien se recuesta en él y colchones de muelles con resortes (hay muelles bicónicos, muelles cilíndricos, etc) y armados de hierro o madera para soportar colchones comunes. Asimismo, se comercializan colchones de tela metálica y colchones de materiales vegetales (muy populares en la cultura asiática).

De hacer un recorrido histórico se advertirá además que, en otros tiempos, surgieron los colchones de lana (de gran peso, ya prácticamente en desuso), los colchones de pluma de ave (costosos, aún conservan su vigencia a escala internacional) y los colchones de agua (no muy populares pero valorados por su espíritu excéntrico).

Más allá de las alternativas descriptas, es interesante resaltar que existen asimismo los colchones de látex, los colchones de espuma, las colchonetas (tal como se conoce a los colchones de dimensiones pequeñas), los colchones antiescaras (de uso sanitario) y los colchones infantiles (con formatos, materiales y diseños adaptados a cada edad), por describir otras posibilidades.