Tipos de oferta


El vocablo en latín offerre (traducido al español como ‘brindar’ u ‘ofrecer’) derivó con el paso del tiempo en oferta, una palabra con múltiples acepciones. Este concepto, establecen desde la Real Academia Española (RAE), puede emplearse para identificar a aquello que se ofrece a modo de oportunidad; al compromiso que se asume para otorgar o concretar algo; a la comercialización de productos a un precio menor al común y para referirse al caudal de mercadería o bienes que se lanza en un determinado momento a un valor promocional y por tiempo limitado.

De acuerdo a las características que posea cada oferta, el ámbito en el cual se efectúen, la frecuencia que tengan y sus alcances, es posible hablar de distintas clases de ofertas.

Hay, por ejemplo, ofertas diarias (selección de productos que los supermercados, tiendas y otros comercios dejan a precio rebajado durante un día con el propósito de cautivar a los consumidores) y ofertas semanales (estrategia similar a la mencionada en primer lugar pero prolongada por siete días sin modificaciones), así como también ofertas que apuntan a satisfacer las necesidades de diferentes sectores.

En este último conjunto aparecen las ofertas educativas (variedad de cursos, instituciones y carreras entre las que puede optar aquel que desee ampliar sus conocimientos en el ámbito formal), las ofertas culturales (diversidad de espectáculos o eventos entre los cuales se puede elegir en una región y momento en particular) y las ofertas laborales (avisos de empleo que publican las empresas que necesitan cubrir puestos de trabajo), entre otras.