El acto de acampar se define como campamento. Si bien estas actividades al aire libre que proponen permanecer uno o más días en carpas (o tiendas de campaña) pueden desarrollarse en diversos entornos y con múltiples propósitos, existen en el ámbito militar campamentos de fuerzas del Ejército, cuyos integrantes se instalan por un tiempo determinado en sitios despoblados.
Entre los campamentos recreativos encontramos propuestas para niños (suelen llevarse a cabo en lugares cercanos a sus domicilios, estar a cargo de varios mayores y estar motivados por finalidades didácticas o de esparcimiento en épocas de receso escolar), alternativas para adolescentes y jóvenes (los grupos scout suelen organizar campamentos en diferentes entornos naturales, así como también lo hacen las agrupaciones religiosas) y campamentos familiares organizados para disfrutar más allá de la edad una aventura en un marco ecológico y sin las comodidades habituales de una vivienda tradicional.
Distinto es el caso de los campamentos de refugiados, ya que se trata de asentamientos precarios donde un elevado número de personas se instala tras huir de sus ciudades o países para sobrevivir a una guerra o cuestión similar. Por lo general, estas estadías son por tiempo determinado (lapso durante el cual son asistidos con alimentos, bebidas y otros servicios básicos) aunque en ocasiones estas instalaciones adquieren un carácter permanente.
Los campamentos de obra, por otra parte, son edificaciones provisorias armadas para ofrecer una mínima comodidad y organización a quienes se encargarán de llevar adelante una construcción de cierta magnitud (obreros, contratistas, ingenieros, supervisores, técnicos, etc).
Por último, es interesante tener en cuenta que existen en países como España, Honduras y Colombia localidades bautizadas con el nombre de “Campamento”.