Dentro de una página web suele haber banners. Se trata de carteles, anuncios (o banderolas) que se ubican en un cierto sector del sitio con fines publicitarios. Estas piezas online que permiten promocionar empresas, servicios y comercios, entre otros, incluyen animaciones y/o imágenes para captar la atención de los usuarios y conseguir su interés. Para que tenga efectividad, independientemente de qué cuestión promocione, el banner debe estar diseñado con creatividad y herramientas que lo hagan vistoso y atractivo.

Según el presupuesto de cada anunciante y sus preferencias de marketing, se pueden llevar a cabo banners horizontales de tamaño variable (hay grandes, medianos y pequeños) o apostar por banners de orientación vertical, tal como ocurre con los llamados Banner Skyscraper, que pueden ser programados con la opción flotante para poder permanecer en pantalla aunque el internauta se desplace hacia abajo o hacia arriba al navegar por la web que los incluye. El banner a layer, por su parte, es una alternativa que contempla la apertura de otra ventana publicitaria al posar el cursor sobre el banner original.

También existen banners “robapáginas”, que se presentan en versiones tanto verticales como rectangulares y se caracterizan por estar situados en áreas estratégicas. El banner de botón, en cambio, es pequeño, no ocupa demasiado lugar pero sí sirve para acompañar el desplazamiento vertical del usuario por la página.

Claro que más allá de los banners online que generan visitas en los sitios web de cada anunciante es posible encontrar en múltiples contextos banners impresos. Son gráficas de dimensiones variables que sirven como publicidad en eventos, congresos, etc.