La mayoría de la gente acostumbra asociar el concepto de auricular al producto tecnológico que nos permite escuchar música o combinarlo con un micrófono para mantener una conversación sin que el sonido recibido se oiga en todo el ambiente. Esta interpretación no es errónea pero sí hay que saber que la palabra se utiliza para hacer alusión a muchas otras cuestiones.

Para ser más precisos, la idea de auricular se emplea para describir todo aquello que se relaciona con el oído. Asimismo, el vocablo se utiliza para hacer referencia a las aurículas del corazón. En Zoología, además, se la aprovecha para identificar los costados de la cabeza de las aves localizados atrás y debajo de la vista.

De hacer foco en los auriculares entendidos como los aparatos que se ubican en los oídos para escuchar algo, entonces podremos reconocer varias alternativas. Aquellos elementos que rodean las orejas por completo, por mencionar una variedad concreta, se denominan auriculares circumaurales, mientras que los portátiles que cubren casi todo el pabellón auditivo se presentan como auriculares supraaurales. Los más pequeños, diseñados para ser introducidos en el canal auditivo sin cubrir la oreja, son intrauriculares.

De buscar modelos precisos en función de cómo se conectan y qué particularidades presenten, se podrán valorar piezas como los auriculares con cable y los auriculares inalámbricos, así como se puede optar entre auriculares piezoeléctricos (específicos para, por ejemplo, pacientes que padecen sordera), auriculares electrostáticos (ofrecen una respuesta óptima en frecuencia) y auriculares electrodinámicos (los más comunes y económicos).

Los expertos en cuestiones de salud, en cambio, manejan en su vocabulario expresiones como músculo auricular superior, músculo auricular anterior, fibrilación auricular, etc.