Se conoce como aerógrafo a los dispositivos de aire comprimido que permite hacer diseños sobre distintas superficies a partir de pintura o tinte. Por las características de esta herramienta, los aerógrafos suelen utilizarse con propósitos industriales u ornamentales. El dibujo, la decoración y la fotografía son parte de las disciplinas que aprovechan las posibilidades de trabajo que da esta clase de pistola con la cual, por ejemplo, se retocan imágenes y se realizan sombreados.

Es posible encontrar en el mercado actual diferentes tipos de aerógrafos, entre los cuales aparecen los de acción simple o sencilla. En este caso, las palancas sólo se encargan de controlar el paso del aire y la sustancia a dosificar se distribuye por succión.

El aerógrafo de doble acción independiente, por su parte, admite los sistemas de alimentación por succión o bien a partir de la gravedad, graduando la pintura y el flujo de aire por vías diferentes.

Resulta interesante señalar que aquellos que recién se inician en el arte de trabajar con aerógrafos, tal vez sientan mayor comodidad al emplear dispositivos de doble acción fija, los cuales no se destacan por su versatilidad pero por su mecanismo de equilibrio entre pintura y aire resultan más fáciles de usar.

Otra variedad es la del aerógrafo con turbo, recomendado para trabajos que requieran mucha precisión a la hora de cubrir detalles. En esta máquina se activa una turbina conectada a un brazo que, con rapidez, mueve la aguja hacia delante y hacia atrás.

Cabe resaltar, por último, que hay aerógrafos que se utilizan sobre el rostro para aplicar maquillaje facial con exactitud.