La propaganda sirve para dar a conocer una determinada información o novedad con el objetivo de atraer compradores o partidarios. En la práctica, de acuerdo a su campo de aplicación y al contenido que posea, se la puede clasificar de muchas maneras. Un caso especial es el agente de propaganda médica, ya que en este caso es alguien que estudia y se capacita a fin de acercarle a los médicos novedades farmacológicas que se adapten a sus necesidades y expectativas.

Para conseguir y conservar el poder e influir en la opinión pública de Alemania, por citar un ejemplo fácil de recordar, fue de gran importancia para Adolf Hitler la propaganda nazi, mientras que Hugo Chávez, para impulsar en Venezuela la Revolución Bolivariana, apeló a la propaganda chavista también conocida como bolivariana.

Los colores, en tanto, nos invitan a descubrir las diferencias entre la propaganda blanca (respaldada por una fuente que se da a conocer de manera oficial), la propaganda gris (aquella en la cual no suele identificarse la fuente de información) y la propaganda negra (datos falsos haciéndolos pasar por información proporcionada por fuentes reales y confiables para adulterar un material y así avergonzar o difamar a alguien).

La propaganda indiscriminada que se distribuye de modo masivo por Internet sin que el usuario solicite el contacto (definida habitualmente como correo basura o spam) y la maniobra de propaganda anarquista presentada como propaganda por el acto o por el hecho (basada en la idea de la importancia de predicar a través del ejemplo) son otras alternativas que demuestran el amplio y diverso alcance de esta noción.