El fruto del peral, señala la teoría, se conoce como pera. Pero al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE) y al acercarse a una frutería para buscar alimentos, uno descubre que esta palabra está sujeta a múltiples interpretaciones y clasificaciones. Por esa razón, en esta ocasión describiremos diversos tipos de peras con el objetivo de ayudarlos a conocer mejor los alcances de esta noción.

La fruta que conserva su piel verde aún cuando ya ha madurado, por ejemplo, se define como pera verdiñal, mientras que el producto de la misma familia que se caracteriza por ser redondo, de tonalidad verde amarillento y oscura y tener un sabor dulzón recibe la denominación de pera mosquerola o mosqueruela.

La pera jugosa y de contenido suave, en tanto, es la pera de agua, así como aquellas que recuerdan por su forma la apariencia de las calabazas vinateras están señaladas como peras calabacil. Si son muy ásperas, por detallar otra alternativa, se las presenta como peras ahogadizas. Las peras rojas tipo Williams y las peras asiáticas amplían asimismo el abanico de opciones.

Más allá de estas variedades enumeradas, es interesante tener en cuenta todas las maneras que existen de preparar y consumir las peras. Así como hay quienes disfrutan las peras en almíbar, existe gente que prefiere las peras en compota y otros que priorizan la fruta al natural. La mermelada de pera, las peras flambeadas, las peras al vino tinto, las peras deshidratadas, las peras glaseadas y las peras rellenas son otras alternativas a considerar al momento de deleitarse con el sabor y la textura de esta fruta.