Si uno investiga los alcances de la palabra ‘mosaico’ podrá descubrir definiciones y aplicaciones que, tal vez, nunca hubiese imaginado. Este término que se utiliza en el ámbito de la Arquitectura para describir a las columnas cuyo fuste está doblado en espiral también puede funcionar como adjetivo a la hora de puntualizar algo relacionado al personaje bíblico Moisés.
Por otra parte, se identifica como mosaico a una enfermedad que afecta a diversas plantas como consecuencia de un virus, en Biología se presenta con este vocablo al organismo que se compone de al menos un par de tejidos diferentes a nivel genético y, en el plano de la Informática, se aprovecha la noción para aludir a la exhibición simultánea de múltiples documentos o ventanas minimizadas en la pantalla de un ordenador (o computadora).
Un entarimado o taracea, por otra parte, se describe como mosaico vegetal, el cual se logra formando un dibujo a partir de maderas finas de distintos colores. Un mosaico cultural, en tanto, surge cuando coexisten en una misma comunidad culturas, idiomas y razas diversas.
De detectarse en un mismo organismo al menos dos familias de células que no tienen el mismo genotipo, por señalar otra posibilidad, adquiere relevancia la idea de mosaico genético, mientras que las baldosas de cemento pigmentado destinadas al suelo con fines decorativos se nombran como mosaicos hidráulicos.
Al centrar la atención en las coloridas obras pictóricas surgidas a lo largo de la Historia a base de vidrios, piedras y otros elementos similares, por último, podremos diferenciar entre mosaicos romanos y mosaicos helenísticos, por ejemplo.