Una máquina puede enmarcarse en una u otra categoría según su campo de aplicación, cómo sea su funcionamiento, qué dimensiones posea y qué capacidad de producción tenga, por enumerar las variables más comunes a tener en cuenta. Hay, entre muchas otras, máquinas eléctricas, máquinas de coser y máquinas industriales.

En el último caso mencionado se agrupan los artefactos que se emplean en diversas industrias para optimizar los tiempos de trabajo y obtener resultados de buena calidad. Estos equipos que no se usan en los hogares por no convenir en cuanto a precios y tamaños pueden, o no, estar automatizados.

La oferta en este contexto es muy amplia, tal como se desprende de la realidad: se pueden encontrar y usar, según las necesidades de cada emprendedor, máquinas industriales para fabricar pastas, para elaborar pan, para producir alfajores, para hacer helados, para envasar bebidas, para lavar ropa, para pintar, para tareas de carpintería y para realizar estampados sobre telas, por describir algunas alternativas que exceden a los ámbitos gastronómico y textil. Qué máquina adquirir va a depender siempre del rubro al cual uno se dedique y qué servicios o productos desee ofrecer, pero conviene siempre informarse y estar al tanto de todas las opciones para poder elegir aquella que resulte más apropiada.

Cabe destacar, asimismo, que se pueden conseguir máquinas industriales nuevas, a estrenar, y otras cuyos precios son menores respecto a ellas por tratarse de equipamientos usados. La tecnología de cada uno de los equipos, en tanto, permite diferenciar entre máquinas antiguas y máquinas modernas.