Magdalena, además de ser un nombre femenino que sirve para describir a una mujer que se muestra arrepentida frente a los pecados cometidos, es la denominación que identifica a una ciudad situada en la provincia argentina de Buenos Aires. Por otra parte, a nivel general se utiliza esta palabra para hacer referencia a una especie de bizcocho dulce y esponjoso que mucha gente confunde con cupcakes y muffins por las similitudes entre las tres preparaciones.

Las magdalenas que personas de todas las edades consumimos en el desayuno, la merienda o como postre ofrecen un sinfín de variantes. Si bien las más tradicionales son las de vainilla, hay también magdalenas de chocolate y otras que son rellenas (con dulce de leche, crema, mermelada, chocolate, etc): todas se pueden preparar en el hogar con ingredientes a elección tanto en el horno como en el microondas o bien conseguir ya listas para consumir en pastelerías, mercados, almacenes o tiendas similares.

De buscar una opción más saludable y respetuosa con la naturaleza o que pueda ser disfrutada por aquellos que tienen limitaciones a la hora de comer, es posible preparar magdalenas caseras aptas para veganos (como las magdalenas de calabaza), para celíacos (magdalenas sin TACC) y para diabéticos (magdalenas sin azúcar), por detallar algunas posibilidades. Si la idea es escapar de lo tradicional para sorprender a familiares y amigos, una buena opción es elaborar magdalenas saladas: pueden ser de jamón y queso, de atún y tomate, de verdura o con el relleno que más le atraiga a la persona que ha decidido prepararlas…