El acto y la consecuencia de intoxicar se define como intoxicación.
Este cuadro puede presentarse en animales y seres humanos por diferentes razones, motivo por el cual hay que informarse para implementar medidas de prevención y para poder identificar los síntomas asociados a las múltiples clases de intoxicación que existen.
La intoxicación alimentaria o por alimentos, por señalar un caso específico, puede provocar vómitos, calambres en la zona abdominal, diarrea y dolores en la región estomacal. Se produce por ingerir alimentos en mal estado o contaminados.
El consumo excesivo de alcohol, en tanto, puede derivar en una intoxicación con consecuencias variables de acuerdo al estado en el que se encuentre el individuo, quien por el efecto de la bebida en su organismo ve reducidos sus reflejos y no logra actuar ni pensar de manera adecuada.
La intoxicación por monóxido de carbono, por agregar otra posibilidad, debe ser analizada de inmediato por un profesional de la salud para determinar si el paciente que ha inhalado este gas padece una intoxicación superaguda, una intoxicación aguda o una intoxicación crónica.
También puede ocurrir que alguien expuesto a plantas tóxicas padezca una intoxicación, ya sea por contacto directo o por una equivocación que lleve a ingerir líquidos o sólidos procedentes de la especie tóxica. Las toxinas, los agentes biológicos patógenos y los venenos pueden poner en graves problemas a la persona intoxicada, llevándola incluso a la muerte.
Las intoxicaciones por arsénico, las intoxicaciones por fósforo, la intoxicación por mercurio y la intoxicación cianhídrica son otras posibilidades que hay que evitar y, en su defecto, tratar de inmediato por los daños que generan en el organismo.