Mucha gente consulta a diario portales de Internet y secciones especiales en periódicos y revistas para averiguar qué le depara el horóscopo de acuerdo al signo del zodíaco al que pertenezcan (hay personas de Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis).
Esta costumbre de predecir y creer en lo que nos depara el destino es muy antigua, ya que a lo largo de la Historia numerosas culturas relacionaron sus calendarios con las posiciones de los astros para vaticinar diversos hechos.
El horóscopo azteca, por señalar un caso puntual a modo de referencia, se desarrolló con bases matemáticas vinculadas al cálculo del tiempo, mientras que el horóscopo maya comprende fechas específicas de dos meses de extensión para marcar el comienzo y el fin de cada signo.
El horóscopo gitano, en tanto, gira en torno a la lectura de la suerte y la predicción del futuro para cada signo en base a las cartas astrales y a los movimientos astronómicos de las estrellas, la luna y el sol.
El horóscopo chino, por su parte, se caracteriza por tener un sistema con nombres de animales (rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo) para cada persona nacida en distintos días y meses del año. También aparecen en escena cinco elementos que influyen sobre cada uno de los animales (tierra, metal, fuego, madera y agua).
El horóscopo celta, el horóscopo egipcio y el horóscopo hindú son otras variantes que demuestran la gran diversidad de sistemas que existen en materia de horóscopos.