Interesante y diverso es el significado de signo, un concepto que deriva del vocablo en latín signum. En la vida cotidiana podemos encontrar múltiples ejemplos prácticos que contribuyen a recordar los diferentes significados del término, pero antes de hacer foco en esos usos, repasemos qué es un signo.
Dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE) en primer lugar que un signo es un elemento, una referencia, un símbolo, un código o una figura que permite reemplazar o representar una idea, una noción o un recurso (La ‘S’ atravesada a la mitad por una recta, por ejemplo, es un signo vinculado al dinero que representa a los pesos, es decir, a un tipo de moneda). Asimismo, puede ser interpretado como un indicio acerca del estado, la reacción o los pensamientos de alguien (“El hecho de saludar al ingresar a un lugar es signo de buena educación”).
Son signos, por otra parte, las cifras y caracteres propios de la escritura y del ámbito de las imprentas, así como las divisiones que reconoce la Astrología en materia de Zodíaco.
En base a la teoría y teniendo en cuenta las aplicaciones prácticas, no es difícil recordar y saber distinguir entre sí distintas clases de signos, como ocurre con los signos de interrogación (los cuales dan idea de pregunta en una oración), los signos de exclamación (para acentuar algo que se desea expresar con admiración) y los signos matemáticos (como el más para las sumas o adiciones y el menos para las sustracciones o restas), por mencionar algunos a modo de referencia.
De profundizar al respecto, podremos establecer las categorías de signos del Zodíaco, de signos de puntuación, de signos clínicos, de signos musicales y de signos vitales, entre otras.