La teoría indica que una geoforma es la forma que posee la superficie de un cierto terreno. Es la geomorfología la rama de la ciencia que se encarga de estudiar los orígenes y la evolución de las geoformas.

Hay muchos datos de interés sobre este tema que nos permite conocer mejor al mundo que habitamos. Observando la geografía mundial se pueden reconocer, por ejemplo, geoformas litorales que están condicionados, en especial, por la dinámica del entorno marino. En este marco aparecen además las geoformas propias de costas rocosas y otras vinculadas a las costas deposicionales.

Por acción de otros agentes y elementos, es posible asimismo determina la existencia de geoformas fluviales, así como también geoformas eólicas y geoformas de raíz climática. En este último grupo aparecen las geoformas glaciales y las geoformas peroglaciales.

Al profundizar en estas cuestiones adquieren relevancia muchas otras clasificaciones, como los casos de las geoformas de baja altitud (son geoformas de planicie que se encuentran a menos de mil metros sobre el nivel del mar) y las geoformas de montaña (aquellas que se encuentran a más de mil metros sobre el nivel del mar). El nivel de humedad, las condiciones de cada suelo y la temperatura son parte de las variables que generan diversidad en las geoformas.

Las geoformas andinas, las geoformas submarinas, las geoformas volcánicas, las geoformas continentales, las geoformas antrópicas, las geoformas tectónicas, las geoformas endógenas y las geoformas exógenas son otras alternativas que permiten comprobar la existencia de un amplio abanico de formas del terreno.