Están presentes en numerosas celebraciones, aportando color y alegría. Algunos son vendidos u obsequiados en la vía pública por artistas que saben crear figuras originales con ellos (flores, animales, sombreros). A veces, llevan inscripciones que los transforman en excelentes soportes publicitarios. Si algo los pincha, probablemente nos asustemos cuando exploten. Y si los soltamos, los veremos dirigirse hacia lo alto del cielo, impulsados por el viento. Como el título de este artículo lo adelanta, en esta ocasión describiremos a los globos.
Los globos pueden ser llenados con aire (por lo general, es un desafío que pone a prueba nuestra capacidad pulmonar pero también hay infladores para conseguir el mismo resultado en menos tiempo y sin tanto sacrificio) o con helio, mediante un inflador especial.
Claro que estos elementos de decoración no son los únicos tipos de globos. Hay globos aerostáticos que transportan pasajeros y pueden mantenerse a alturas elevadas gracias a estar rellenos por un gas menos denso que el aire, globos cautivos que permanecen unidos a la superficie terrestre a través de un cable, globos celestes (esfera donde son representadas las constelaciones más importantes) y globos dirigibles (con al menos una barquilla para pasajeros, movilizado por hélices y motores).
Asimismo, es posible distinguir al globo ocular (tal como se define al órgano de la visión), al globo terráqueo, al globo sonda (sin tripulación, útil para investigaciones meteorológicas) y a los globos de diálogo (muy empleados en caricaturas e historietas para generar diálogos entre personajes o expresar sus pensamientos), por señalar otros a modo de referencia.