Si uno tiene oportunidad de conocer la estructura interna de un avión o un automóvil podrá comprobar que, entre otras piezas, hay un motor que hace posible el funcionamiento de esos vehículos.

Motor es un término de origen latino que se puede emplear en forma de adjetivo para describir a algo que produce movimiento o bien para hacer referencia a una máquina reservada para la generación de movimiento a partir de diversas fuentes de energía, que puede ser de tipo eléctrico, calórico o de cualquier otra índole.

Si bien existen muchas clases de motores, no todos gozan de la misma popularidad. Según los expertos, se han fabricado a lo largo de la historia motores de impulsión, motores a reacción y motores radiales, pero hoy en día los motores más comunes a nivel mundial son los motores de perfil térmico y los motores eléctricos.

Además de los mencionados hay otros enmarcados en clasificaciones específicas que se caracterizan por poseer relevancias concretas desde el plano de la mecánica, tal como sucede con los denominados motores asíncronos (en los cuales la velocidad de rotación no coincide con la frecuencia que tiene la corriente que sirve como alimentación); los motores de explosión (cuyo funcionamiento se hace posible cuando el aire combustiona con algún carburante y genera energía); el motor de arranque (dispositivo eléctrico que sirve para poner a otro motor, por lo general de combustión interna, en funcionamiento) y el motor sincro (aquel en el cual la velocidad de rotación sí concuerda de forma exacta con la frecuencia de la corriente eléctrica que le permite funcionar), entre muchos otros.