El conjunto de diversas especies del reino animal que habitan una cierta zona geográfica o país en un periodo geológico determinado recibe la denominación de fauna. Esta palabra, además, se aprovecha a nivel cotidiano para englobar a personas que comparten hábitos o ambientes.
De acuerdo al lugar donde se localicen los ejemplares, su procedencia y forma de vida, se ordena a las familias en una amplia variedad de categorías.
Así, entonces, es posible diferenciar a la fauna salvaje o silvestre (integrada por exponentes que no han sido domesticados y viven, o deberían estar, en libertad), a la fauna en proceso de ser domesticada (donde aparecen animales que, en una condición de cautiverio parcial o absoluto, son criados por el ser humano para lograr su domesticación) y a la fauna doméstica (compuesta por ejemplares que conviven con el hombre porque ya han sido domesticados).
Asimismo, se puede categorizar a un grupo de animales como fauna alóctona (si no son naturales del sitio donde viven) o bien como fauna autóctona (seres originarios que nacieron en el mismo lugar que habitan).
De tener en cuenta el entorno en el cual viven los animales, en tanto, se podrá hacer alusión a la fauna abisal (propia de las profundidades de océanos y mares) o a la fauna terrestre (distribuida por el mundo en distintos rincones de la superficie), entre otras opciones.
Al dirigir la atención a la fauna cadavérica, por otra parte, se podrán reconocer microorganismos, parásitos e insectos que aprovechan cuerpos en descomposición para alimentarse. Estos organismos son analizados en profundidad por expertos en Criminalística, Ciencias Médicas y en Medicina Forense.