Desde temprana edad aprendemos a identificar a los animales y uno de los más fáciles de reconocer para los niños es el elefante. Este mamífero, incluso, ha inspirado a lo largo de los años canciones (“El elefante Trompita”), libros (como “Dailan Kifki”) y series de dibujos animados (como “Babar”). También se ha aprovechado su figura así como la palabra que refiere a este animal para titular películas y bautizar a grupos de música.
Hay, en la vida real, muchos seres vivos que diversifican a la enorme familia de los elefantes. En el mar pueden encontrarse elefantes marinos que se alimentan de algas, cefalópodos y peces.
En áreas terrestres, hoy en día es posible distinguir al elefante africano de sabana (herbívoros), al elefante africano de bosque y al elefante asiático. Dentro de este último conjunto aparecen como subespecies el elefante de Borneo, el elefante indio, el elefante de Sumatra y el elefante de Sri Lanka.
Distinto es el caso del llamado pájaro elefante, un tipo de ave no voladora que se extinguió. Era, según los especialistas, una especie endémica de Madagascar. En base al análisis de fósiles se pudo establecer que el pájaro elefante fue la segunda clase de ave más alta que habitó la Tierra.
De centrar la atención en la Antártida, asimismo, se podrá descubrir a la Isla Elefante. Este nombre, de acuerdo a los historiadores, pudo haber surgido por el avistamiento de un elefante marino por parte de George Powell o por la apariencia de la isla, similar a la cabeza de un elefante.