Cuando algo se coordina, es decir, se acopla, une o vincula con coherencia, se logra una coordinación entre dos o más partes. Esta acción puede aplicarse en numerosos ámbitos y abarcar desde objetos materiales hasta palabras o discursos, por eso es interesante repasar sus usos y descubrir qué clases de coordinación existen más allá de las que nosostros podemos llegar a reconocer sin mayores inconvenientes.

Los expertos en Anatomía, por ejemplo, hacen foco en la coordinación motriz, la coordinación viso-motora, la coordinación muscular y la coordinación óculo-pédica de cada individuo para evaluar sus capacidades, habilidades y precisiones al momento de movilizar, por ejemplo, la cabeza, las manos y los pies.

La coordinación sanitaria, en tanto, es una expresión que se utiliza para describir los esfuerzos conjuntos de diferentes sectores del campo de la salud para asistir en tiempo y forma a quien presenta un problema de salud y brindar una atención médica primaria óptima.

De desempeñarse en el plano de la Geometría, por otra parte, se hablará de coordinación cuando un elemento está alineado con un espacio de coordenadas, así como los sociólogos presentan a la coordinación como una consecuencia de la cooperación e integración entre especies o agrupaciones sociales.

En el marco de la Teoría de Juegos, además, se distinguen como propuestas lúdicas los juegos de coordinación y, en Lingüística, adquiere relevancia la idea de coordinación gramatical cuando dos o más expresiones o conceptos se enlazan de manera lógica y coherente.

De buscar más referencias que ayuden a conocer otros provechos de la noción, aparecerán como alternativas la coordinación necesaria dentro de la esfera política para organizar y estructurar no sólo un país sino también sus interacciones a escala internacional y los compuestos de coordinación propios del sector químico.