Si prestamos atención a cómo se cierran por seguridad algunos locales comerciales y cómo se ofrece algo de privacidad en dichos comercios o si somos buenos observadores de los accesorios de nuestro hogar, no tardaremos en advertir la existencia de múltiples clases de cortinas.

La cortina es un elemento que contribuye a cerrar algo por distintas razones. En el cuarto de baño, la cortina impide no sólo que el agua de la ducha se desparrame por todo el ambiente sino también que desde afuera se pueda ver a quien está tomando un baño. Hay, en este marco, cortinas de tela y cortinas de plástico con tratamientos antihongos, que pueden conseguirse en diferentes colores o con estampados (hay motivos infantiles, cortinas con dibujos, con apliques, etc).

Donde hay ventanas, por otra parte, también suele haber cortinas para evitar que se vea el interior del hogar (cuando la persiana está levantada, por ejemplo) y que se filtre demasiada luz desde el exterior.

Distinto es el caso de los locales de ropa, donde hay cortinas de tela en los probadores para que el cliente pueda probar prendas fuera del alcance visual de los demás. En el exterior de estos y otros comercios hay, además, cortinas metálicas para cerrar los lugares de modo más seguro.

Entre las variedades de cortinas que, a nivel general, se pueden encontrar hoy en día aparecen como alternativas las cortinas rústicas, las cortinas manuales, las cortinas acústicas, las cortinas blackout, las cortinas automáticas, las cortinas verticales y las cortinas enrollables, por mencionar algunas de las más comunes.