En la vida cotidiana, muchas veces hacemos alusión al concepto de cebolla ya que así se conoce a un alimento que surge de una planta. Este bulbo puede condimentarse para prepararse en una ensalada con tomate, por ejemplo, aprovecharse para elaborar una pizza, utilizarse para disfrutar aros de cebolla fritos o caramelizarse para dar sabor a una sopa. Los usos gastronómicos de la cebolla son numerosos, aunque hay que tener presente que no siempre se emplea la misma clase de este vegetal.
Para refrescar sus conocimientos y aportarles datos de interés sobre las variedades de cebolla disponibles a nivel general, en los párrafos siguientes describiremos algunos tipos comunes de cebolla.
La cebolla morada, por ejemplo, es una variedad que se caracteriza por la tonalidad púrpura de su cáscara y su interior blanco con matiz rojizo. Se la puede consumir asada, cocida o cruda, sola o combinada con otros alimentos. En ciertos países, también se la define como cebolla roja.
La cebolla de verdeo, denominada asimismo como cebolleta, cebollín o cebolla larga, es una especie perenne que está muy presente en platos de la gastronomía asiática y que se tiene en cuenta además para fines medicinales, ya que contribuye a mantener la presión arterial y es efectivo como diurético.
Similar a la cebolla de verdeo pero de dimensiones más importantes es la cebolla de hoja o ciboulette, una planta que pertenece a la familia de las aliáceas. De ella se descarta para el consumo el bulbo y se aprovechan las hojas, que se pican y se utilizan como hierbas aromáticas.