Una interesante variedad de significados tiene el concepto de soplo, una palabra que hoy hemos querido abordar en este espacio para que ustedes puedan ampliar sus conocimientos y aprendan a diferenciar las múltiples clases de soplos existentes.
En primer lugar, el vocablo refiere al acto de soplar (“Mientras soplo las velitas de la torta, mis amigos me cantan el ‘Feliz cumpleaños’”, “Si no soplo fuerte, no puedo inflar el globo”), pero también se utiliza para hacer alusión a un breve periodo de tiempo (“Voy en bicicleta, llego en un soplo”).
De recopilar más datos teóricos, podremos saber además que soplo es la información que se transmite de manera oculta y con prudencia (“Si no estudiaste, avisame que cuando la profesora no nos vea te soplo las respuestas de la prueba”) y un chisme o acusación que pretende causar revuelo. Para los médicos, por otra parte, un soplo es una manifestación sonora específica que se advierte al auscultar ciertos órganos y que debe ser controlada y debidamente analizada para establecer los pasos a seguir respecto a la salud del paciente en cuestión.
Al centrar nuestra atención en esta última interpretación, adquiere relevancia la expresión ‘soplo cardíaco’ que, a su vez, se subdivide en varias categorías. Factores como su forma, su intensidad, su calidad y su tiempo determinan cómo clasificarlo: en este marco, es común que se catalogue a estos episodios como grado 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de acuerdo a la fuerza que posea, o no, el ruido. De surgir por cuestiones ajenas a la estructura del músculo cardíaco, entonces se lo definirá como soplo cardíaco funcional.