Una gran cantidad de expresiones y categorías se desprenden del concepto de frecuencia, una palabra que a nivel cotidiano es parte de comentarios vinculados a una cierta periodicidad: “Mi vecino me invita a salir con frecuencia, pero lo rechazo”, “¿Con cuánta frecuencia se recomienda cambiar las sábanas?”, “Esta patología se presenta con cierta frecuencia en niños menores de seis años de edad”.
En Física, por comenzar a describir una alternativa, se identifica como frecuencia fundamental al intervalo más bajo advertido en un sistema oscilatorio. Quien aguarda un servicio, por su parte, puede llegar a hacer alusión a la frecuencia de los ómnibus o colectivos, frecuencia de vuelos, etc.
Entendida como una magnitud, se puede diferenciar entre frecuencias de onda y frecuencias de corriente alterna. En este marco adquieren relevancia la frecuencia absoluta, la frecuencia absoluta acumulada, la frecuencia relativa y la frecuencia relativa acumulada, categorías propias del campo de la Estadística.
De centrar la atención en la radiodifusión, en tanto, lograremos determinar qué y cómo es la frecuencia modulada, así como al medir la cantidad de latidos del corazón durante un minuto podemos establecer la frecuencia cardíaca de alguien.
Los expertos en Genética, por su parte, suelen trabajar en torno a la frecuencia génica o alélica, mientras que los especialistas que analizan la capacidad humana para percibir sonidos se guían por la frecuencia audible.
Las frecuencias de tono propias del área de la telefonía y la frecuencia respiratoria de un ser vivo son otras alternativas que demuestran la diversidad de interpretaciones que posee la idea de frecuencia.