El concepto de caverna, además de identificar a formaciones subterráneas de orden natural y gran profundidad, se emplea en el ámbito médico para identificar a los huecos que quedan en ciertos tejidos tras perder materia tuberculosa, pus, etc. Por otra parte, es interesante tener presente que el término también aparece en títulos de libros y películas (como la novela de José Saramago bautizada como “La caverna” y el documental “La caverna de los sueños olvidados”) y en el plano filosófico (por la Alegoría de la Caverna).

De hacer foco en las cuevas o cavidades que se pueden reconocer en diversos rincones de nuestro planeta (como la Caverna de Santo Tomás en suelo cubano, las Cavernas de Tulum en México, el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad en Estados Unidos y las Cavernas de Denísova en Rusia, por enumerar algunas a modo de referencia), encontraremos información útil para lograr diferenciar a las cavernas primarias frente a las denominadas las cavernas secundarias. La localización de cada una de estas grutas también es un criterio a valorar al momento de establecer categorías, ya que es posible distinguir entre cavernas marinas, cavernas glaciares o de hielo y las cavernas kársticas, por citar múltiples posibilidades.

Lejos de estas formaciones con roca y agua, adquiere relevancia la llamada “caverna mediática”. De su aprovechamiento práctico se deduce que se trata de una expresión muy popular en España que alude al influyente poder de ciertos medios de comunicación que se cierran en una postura determinada sobre un tema puntual.