Tejido es un término que forma parte del vocabulario frecuente de quienes se dedican a cuestiones vinculadas a la anatomía, biología y zoología, pero también es un concepto propio del rubro textil.
Por lo tanto, la expresión puede referirse a la textura de una tela (la gabardina, por ejemplo, es un tejido de algodón, lana o fibra sintética muy trabajada y apretada que sirve para la confección de ropa abrigada) o bien a los diversos agregados de células de la misma naturaleza.
El tejido textil puede definirse como plano (clase que se subdivide en tafetán, sarga y satén) o como de punto (subdividido en urdimbre y de trama). Por su parte, los materiales que se denominan tejido en el ámbito biológico son más complejos y admiten distintos tipos.
Existen los tejidos animales (los cuales abarcan tejidos epiteliales, conectivos, musculares y nerviosos) que pueden ser, de acuerdo a sus particularidades, definidos como muy especializados o poco especializados y los tejidos vegetales (clase compuesta por tejidos de la planta en desarrollo y los tejidos adultos).
Lejos de la acción de tejer que da origen a numerosas prendas de vestir, el término puede utilizarse a nivel anatómico para hacer mención al tejido adiposo (formado por células contenedoras de grasa), al tejido cartilaginoso (integrado por células redondeadas cruzadas por numerosas fibras), al celular (área de células y fibras), al tejido conjuntivo (clase que abarca células aisladas y materia homogénea rodeadas de fibras), al epitelial, al fibroso, al laminoso, al muscular, al linfático, al nervioso y al óseo.