El conjunto de naipes o cartas que uno utiliza para ciertos juegos de azar (como el truco, casita robada, blackjack, canasta, póquer, etc) se define como baraja.
A lo largo de la Historia han surgido en el mundo múltiples clases de barajas, cada una con sus propias características. Hoy en día, algunas son más populares que otras debido a las variedades de empleo que ofrecen.
Por ejemplo, la baraja española incluye 48 elementos y cuatro palos (basto, copa, espada y oro). Con ella se puede jugar al solitario, al chinchón, al desconfío, a la escoba del 15, al siete y medio, etc.
La baraja francesa, ideal para pasatiempos como Corazones o Carta Blanca, también se divide en dos pares de palos (en este caso, diamante, trébol, corazón y pica) pero posee 52 cartas.
De ampliar los conocimientos al respecto, es posible identificar además a la baraja alemana (40 naipes), a la baraja inglesa (en la cual las figuras se denominan con las letras J, Q y K) y a la baraja napolitana (donde el rey equivale al 10, el caballo al 9 y la sota al 8).
En casos especiales, por otra parte, se utilizan barajas con distintos diseños, tamaños y detalles. Así ocurre, por ejemplo, con las barajas de Tarot (conformada por 78 cartas), las barajas asiáticas (como Ganjifa y Karuta), las barajas de colección (propias de juegos de mesa, series de ficción, personajes infantiles, etc) y las barajas de cartomagia (reservadas para los trucos de ilusionismo), por proponer algunas a modo de referencia.