El acto de intercambiar de manera directa servicios (trabajos de carpintería, asistencia legal, arreglos de jardines, asesoría psicológica, etc) o materiales (vehículos, prendas de vestir, electrodomésticos, libros, juguetes…) por otros de igual o similar valor sin apelar al dinero, se conoce como trueque.

Este sistema puede implementarse en un barrio o comunidad (en este contexto, todos los habitantes colaboran entre sí para dar servicios o bienes a cambio de algo que necesitan sin tener que utilizar billetes ni monedas y, de acuerdo a dónde se concrete el trato se puede diferenciar entre trueques urbanos y trueques rurales) o bien más allá de las fronteras. Al respecto, se pueden mencionar como alternativas el trueque internacional (de un país a otro, independientemente de qué se intercambie y de cómo se lleve a cabo el acuerdo) y el trueque online (gestionados por Internet, es indistinto de dónde residan las partes involucradas en la operación ya que puede realizarse entre vecinos de una misma ciudad o entre habitantes de diversos rincones del mundo).

Otra modalidad de trueque que algunos sectores utilizan es la del banco de tiempo, un sistema basado en la prestación de un servicio a cambio de una cierta cantidad de horas. Hay, asimismo, trueques de habilidades, trueques de información, trueques de favores y trueques inmobiliarios, por describir otras categorías que dan cuenta del amplio alcance de este sistema y de la diversidad de aplicaciones que posee en la vida cotidiana para satisfacción y tranquilidad de aquellos que encuentran en el trueque un espacio para no depender de una situación financiera.