La teoría indica que el concepto de trazabilidad se utiliza para hacer alusión a la posibilidad de reconocer cómo surge un bien o producto y cuáles son las etapas que atraviesa en las instancias de elaboración. En los párrafos siguientes, con el objetivo de brindarles más precisiones sobre la aplicación de esta noción y ayudarlos a que puedan ampliar sus saberes generales, detallaremos qué modalidades y alcances posee la idea de trazabilidad.
En primer lugar, es interesante tener presente que la trazabilidad puede ser interna o externa. La primera de las clasificaciones abarca variables vinculados estrictamente a acciones internas de una empresa, mientras que la segunda contempla cuestiones que exceden al trabajo interno, como puede ocurrir si al intermediario entre una compañía y el consumidor final se le rompe un envase o se le altera un alimento por no respetar la cadena de temperatura, por citar un caso posible. De igual modo, se puede subdividir a la trazabilidad según tenga un desarrollo ascendente o uno descendente (también conocido como “aguas abajo”).
Si investigamos las áreas de aplicación que posee esta palabra, por otra parte, hallaremos expresiones como software de trazabilidad y sistemas de trazabilidad (como el desarrollado para los productos fitosanitarios, por mencionar una alternativa) que demuestran la diversidad de significados que tiene el vocablo. Asimismo, se puede hacer foco en categorías puntuales como ocurre con los casos de la trazabilidad de medicamentos, la trazabilidad de alimentos, la trazabilidad de materiales y la trazabilidad de datos, entre muchas otras opciones que amplían el alcance del concepto.