A fin de poder reproducir imágenes y caracteres, los equipos que se utilizan para imprimir y fotocopiar necesitan un pigmento que se conoce con el nombre de tóner.
Este producto puede presentar diversas características y ser comercializado bajo distintas marcas y precios, por eso está sujeto a clasificaciones que dan cuenta de la variedad que existe en relación a él.
Si uno analiza opciones para decidir qué clase de tóner le conviene más en función de lo que necesita y de su presupuesto encontrará, por ejemplo, que hay tóneres originales y tóneres alternativos disponibles en un amplio rango de precios. A partir de aquí surgen otras posibilidades, como ocurre con los tóneres genéricos y los que han sido recargados, dos alternativas que, aunque son cuestionados por sectores que apuntan contra su falta de garantía y los acusan de ser inseguros (se dice, por ejemplo, que puede arruinar otros componentes de los equipos o ensuciar los circuitos internos), permiten ahorrar costos y lograr casi los mismos resultados que con un tóner de primera marca o que no ha sido reciclado.
Hay, asimismo, empresas que buscan cautivar a quienes adoptan hábitos respetuosos con el medio ambiente a través de tóneres ecológicos. De igual modo, existen tóneres especiales que funcionan en impresoras láser color con el objetivo de realizar, por mencionar un caso puntual, trabajos de fotocerámica. Para este tipo de impresiones que requieren materiales delicados se ofrecen tóneres Magenta que pueden ser clásicos o de foto y otros del grupo de Selenio que pueden ser de vidrio o clásicos.