Es común encontrar en viviendas, locales comerciales, instituciones y otros espacios distintas clases de tomacorriente. Esta palabra, que a veces es reemplazada por la idea de enchufe, es un dispositivo que permite conectar algo a la corriente eléctrica.

A nivel visual solemos distinguirlos por sus formas, pero no siempre los nombramos con propiedad porque desconocemos sus particularidades y denominaciones: los párrafos siguientes, por lo tanto, son útiles para quienes desean saber más sobre estas estructuras fundamentales para hacer funcionar, por ejemplo, una computadora (ordenador), un televisor y la heladera, entre otros productos de uso cotidiano.

En primer lugar, hay que saber que los tomacorrientes son considerados enchufes hembra. Los enchufes macho son las clavijas, es decir, las piezas dotadas con varillas de metal de diferentes formas que se insertan en las cavidades de los enchufes hembra.

Los tomacorrientes, a su vez, pueden segmentarse en las categorías de enchufes de superficie (instalado de manera superficial) y de enchufes empotrados (los más comunes, instalados dentro de una caja ubicada en el interior de la pared). De acuerdo a las normas, la cantidad y formato de las clavijas se reconocen con diferentes letras, pero en el lenguaje común es usual que se haga referencia, por ejemplo, a “enchufes de dos o tres patas”.

De igual modo, es posible marcar diferencias entre unos y otros al hacer alusión a los tomacorrientes industriales, a los tomacorrientes dobles, a los tomacorrientes móviles, a los tomacorrientes trifásicos, a los tomacorrientes universales, a los tomacorrientes polarizados y no polarizados, etc.