Cuando se incluyó en el vocabulario español el término ‘tigre’, un concepto derivado del latín tigris, no se tuvo en cuenta que, con el paso de los años, esta noción iba a aprovecharse para hacer referencia a múltiples cuestiones. Pero así fue.
Hoy en día, no sólo se describe como tigre al feroz mamífero que se caracteriza por ser la especie más grande dentro de la familia felina sino que también se destina la palabra para identificar a una ciudad y partido que forman parte de la provincia argentina de Buenos Aires; a un distrito peruano que se localiza en la provincia de Loreto; a un equipo de fútbol azteca (Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León); a una urbe venezolana que se ubica en el estado Anzoátegui y a un club deportivo argentino (Club Atlético Tigre), por citar algunos ejemplos concretos.
De querer hacer foco sólo en la acepción vinculada al animal, entonces hay que decir que a lo largo de la historia se han reconocido nueve subespecies de tigre, aunque tres de ellas lamentablemente ya se han extinguido.
Si bien muchos ejemplares de esta familia habitan en parques zoológicos de distintos rincones del mundo y pueden ser apreciados de cerca por numerosas personas, en estado salvaje el tigre de Bengala, por mencionar un caso, se encuentra en selvas húmedas y sabanas Birmania, India, Nepal y Bangladesh.
Por su parte, el tigre de Indochina (también conocido como tigre de Corbett), vive en China, Birmania, Tailandia, Vietnam y Camboya, mientras que el tigre malayo está considerado en Malasia como el animal nacional de la región.
Más allá de los mencionados, existe el tigre de Sumatra, el tigre de Amur y el tigre del sur de China, mientras que en otros tiempos el clan también estuvo integrado por el tigre del Caspio, el tigre de Java y el tigre de Bali.