“Hacemos terapia de pareja para tratar de mejorar nuestro vínculo y salvar, de este modo, el matrimonio”, “El paciente continúa en terapia intensiva”, “Debe someterse a dos sesiones de quimioterapia cada veinte días”, “Me interesan las terapias alternativas para sanar tanto el cuerpo como el espíritu”, “El arte es mi terapia”, “Me recomendaron hacer una terapia combinada para dejar el cigarrillo”…
A diario el concepto de terapia se hace presente en muchas realidades, por eso resulta interesante hacer foco en sus significados y en todas las alternativas de uso que se admiten para esta palabra de origen griego que, en español, se relaciona a las prácticas terapéuticas y a tratamientos medicinales de diferentes características.
De acuerdo a cómo se aplique el sistema para tratar a un paciente, independientemente de su dolencia o inconveniente, se pueden encontrar las opciones de terapia grupal y terapia individual.
Si el estado de una persona exige la administración por vena de alguna sustancia, entonces se hablará de una terapia intravenosa, mientras que las acciones orientadas al fortalecimiento del sistema inmunitario se suelen definir como terapias biológicas o inmunoterapia.
Otras clases de terapia que diversifican al rubro y dan cuenta de un gran número de técnicas y procedimientos que pueden ayudar, según cada caso, a devolverle el bienestar o a mejorar el estado general de un paciente: hidroterapia, fisioterapia, terapia ocupacional, terapia génica, terapia sexual, terapia neural, terapia de larvas, terapia cognitiva, terapia artística, fototerapia y terapia interpersonal, aunque al buscar precisiones adquieren relevancia más prácticas enmarcadas en la idea de terapia.