Cuando se habla de tequila, no siempre se hace referencia a una única cuestión relacionada a las bebidas alcohólicas. Incluso, en ese caso también se hace necesaria una especificación para tener precisiones porque existen muchas clases de tequila. Para saber más al respecto, no dejes de llegar hasta el final de este artículo.
Para empezar, resulta interesante señalar que existe un volcán, una canción, una banda de rock y un municipio mexicano conocidos con el nombre de Tequila. Además, la noción se ha aprovechado para nombrar a la crisis económica que México atravesó en 1994: a ese periodo se lo ha bautizado “Efecto Tequila”.
Sí centramos la atención únicamente en las variedades del tequila que se suele disfrutar con limón y sal, entonces podremos diferenciar entre bebidas artesanales y otras de elaboración industrial. Además, es posible distinguir entre tequila blanco (también conocido como plata), tequila reposado (sujeto a un periodo de maduración de al menos dos meses), tequila añejo (aquel que reposa durante al menos doce meses), tequila extra añejo (lleva tres años como mínimo de maduración, proceso que se lleva a cabo en recipientes de encino o roble) y tequila joven (obtenido al mezclar el tequila blanco con tequilas añejos o extra añejos).
Otro dato a tener en cuenta en relación al destilado: según qué porcentaje de azúcar tenga la preparación, se encuadra a la bebida en la categoría de tequila 100% de agave (envasado en la planta a cargo del propio productor) o simplemente en la de tequila (lleva otros azúcares, no necesariamente se envasa en plantas del productor autorizado).