La presión arterial se mide con un dispositivo que se conoce como tensiómetro. Hay muchas variedades de este instrumento, entre los que se encuentran los tensiómetros de columna de mercurio, los tensiómetros digitales de muñeca, los tensiómetros aneroides de mano, los tensiómetros neonatales y pediátricos (a menudo, decorados con diseños infantiles y colores para no generar miedo en los niños) y los tensiómetros especialmente fabricados para realizar mediciones oscilométricas, por mencionar algunas opciones.
Lo interesante de hacer foco en el significado de esta palabra es que no sólo se relaciona al ámbito médico. Según se deduce de sus otras aplicaciones prácticas, existen tensiómetros que les sirven a los científicos para establecer la tensión superficial que presenta una sustancia en estado líquido y para calcular qué nivel de tensión hay sobre diferentes elementos analizados.
Al recopilar más datos acerca de los múltiples tipos de tensiómetros que podemos hallar o utilizar en distintos contextos, tenemos la posibilidad de descubrir las particularidades de los tensiómetros agrícolas (equipos que sirven para calcular el nivel de humedad que posee un terreno para saber cuánta agua aportar y cada cuánto regar), comparar a los tensiómetros destinados a seres humanos con los reservados para uso veterinario, aprender cómo es y para qué se usa un tensiómetro de hilos, conocer los rasgos distintivos de un tensiómetro industrial para uso textil, etc.
Más allá de los mencionados en los párrafos anteriores, una clasificación muy general puede servirnos a modo de orientación para identificar, sin necesidad de volvernos expertos en este producto, a los tensiómetros portátiles frente a los de instalación fija así como también a los tensiómetros electrónicos, digitales y mecánicos.