Sommier, con doble ‘m’, es un vocablo francés que la Real Academia Española (RAE) incluye en su diccionario reconociéndolo con una sola ‘m’. De acuerdo a la definición oficial, se trata de una palabra que identifica a una estructura desarrollada con diferentes materiales que funciona como soporte de un colchón que puede llegar a tener diversas medidas y características de diseño.

Este producto que puede fabricarse con metales, maderas o fibras de vidrio, entre otros elementos, está disponible a nivel internacional en múltiples presentaciones para satisfacer toda clase de exigencia y necesidad. En función del presupuesto, el espacio que tenga el ambiente donde se ubicará el somier, las preferencias de cada usuario y otras particularidades analizadas o consideradas por cada cliente, se pueden conseguir distintos tipos de somier.

Personas que, por problemas de salud o dolores corporales, requieren posturas específicas para dormir, por mencionar una posibilidad, pueden apostar por los sommiers articulados que se reclinan y se adaptan a múltiples posiciones, ya sea en su versión de ajuste manual o en su presentación de mecanismo eléctrico que se puede controlar a distancia.

De no tener grandes pretensiones, la opción más común está en los sommiers de láminas, que pueden ser reforzadas (es decir, ofrecer un doble laminado para incrementar la resistencia) o simples.

Por otra parte, resulta interesante tener presente, la oferta en materia de somier incluye bases tapizadas (suelen ser rígidas) y bases con resortes en diferentes áreas, por señalar otras propuestas que diversifican el mercado de los sommiers.