Como desde hace muchos años es común hacer referencia a los perros sabuesos (tal como se conoce a los ejemplares caninos con gran agudeza olfativa que en su mayoría se destinan a actividades de caza), el término (derivación de segusĭus) se aplica con frecuencia a la descripción de personas que tienen habilidades para indagar, seguir rastros, husmear y esclarecer circunstancias poco claras o repletas de misterios. Se trata, como resulta evidente, de una palabra muy presente en nuestro vocabulario cotidiano sobre la cual en esta oportunidad aportaremos mayor información a fin de ayudarlos a ampliar sus conocimientos.
Si nos centramos en las variedades caninas contempladas dentro del conjunto de los sabuesos, encontraremos animales de distintas razas, nacionalidades y tamaños. El sabueso afgano, el sabueso de Hannover, el sabueso bávaro de montaña, el sabueso de Istria de pelo duro, el sabueso artesiano, el sabueso serbio tricolor, el pequeño sabueso suizo y el sabueso polaco son algunos de los grupos que enriquecen y diversifican a nivel internacional a la clase de canes descriptos como sabuesos.
De ampliar la perspectiva y buscar referencias que permitan saber qué otros provechos se sacan de esta noción, entonces hallaremos nombres de libros (entre ellos, “El zorro y el sabueso” y “El sabueso de los Baskerville”), títulos de películas (como la versión española de “Hellhounds”, bautizada como “Sabuesos del infierno”, por brindar un dato puntual al respecto) y hasta unos personajes de ficción conocidos como Sabuesos de Tíndalos que inventó el autor norteamericano Frank Belknap Long para los Mitos de Cthulhu.