A diario descartamos una gran cantidad de productos y elementos varios que, por alguna razón, ya no nos sirven. Entre todo lo que termina en un cesto de basura es posible hallar residuos orgánicos y otros de carácter inorgánico: precisamente, en estos últimos tipos de residuos vamos a centrar la información de hoy.
Como se advierte al analizar el nombre que recibe este conjunto de materiales de descarte, en este grupo aparecen las cosas que carecen de un origen biológico y que no logran descomponerse de manera natural o no se degradan en el corto plazo.
Para ahorrar tanto insumos como energía y contribuir de este modo al cuidado del medioambiente, es necesario recordar siempre que la mayor parte de los residuos inorgánicos puede reciclarse y volver a utilizarse.
Los envases y materiales confeccionados con plástico, los objetos de vidrio, los productos propios de la industria textil, los papeles, los metales y los cartones son parte del conjunto de los residuos inorgánicos, un tipo de basura que, por lo general, surge en el ámbito doméstico y tiene chances de ser recuperada.
Resulta interesante mencionar también que los residuos inorgánicos abarcan, en su mayoría, piezas sólidas y secas (como sucede con los diarios, las telas, las cajas de cartón, los frascos, etc.), aunque existen casos de residuos inorgánicos en estado líquido, los cuales deben ser manipulados y descartados bajo ciertas circunstancias cuando se consideran peligrosos o pueden llegar a contaminar (como ocurre frente a los ácidos y los aceites de origen industrial, por ejemplo).