A diario las industrias generan, a partir de su funcionamiento y las actividades que se realizan en cada uno de los rubros, un gran caudal de desechos, los cuales se definen como residuos industriales para distinguirlos frente a las demás clases de basura.
Quienes se especializan en el manejo y clasificación de desperdicios saben que no existe un único tipo de residuo industrial, por eso hoy hemos querido hacer foco en esta temática a fin de que ustedes también puedan conocer más sobre esta cuestión y qué impacto tienen a nivel ecológico las sobras de un proceso industrial.
En primer lugar, es importante aclarar que no todos los residuos industriales son contaminantes. Incluso, algunos desechos pueden ser reutilizados con técnicas específicas de reaprovechamiento de materiales.
La arena, los escombros y los productos similares que surjan de una tarea concreta, por ejemplo, son considerados residuos industriales inertes y pueden ser tenidos en cuenta como rellenos de construcciones u obras de carácter público.
En cambio, los fluidos o sustancias con propiedades corrosivas, que tengan poder inflamable o resulten tóxicos son parte del conjunto de los residuos industriales peligrosos. Para evitar consecuencias graves, lo fundamental es tratar de minimizar el uso de ciertos materiales para lograr así el menor volumen posible de residuos peligrosos, además de asumir un compromiso respetuoso con el planeta que lleve a los empresarios y/o gobernantes a someter a dichos desperdicios a tratamientos tecnológicos o a quemas programadas que reduzcan o eliminen su acción dañina. Es importante señalar que los residuos peligrosos no sólo son perjudiciales para el medioambiente, sino que representan un grave problema para la sociedad, ya que los componentes de esas sustancias ponen en riesgo la vida de todos los seres vivos.