Tiempo después de haber hecho referencia a las diversas clases de requerimientos que existen a nivel general y de haber dedicado un artículo a los requerimientos de software, llega el momento en Tipos.com.mx de contar qué son, cómo son y para qué sirven los requerimientos no funcionales.
Este concepto, empleado en el área de Ingeniería de Sistemas, le permite a los expertos englobar a todos los criterios dirigidos a evaluar el diseño y desarrollo de un proceso, mientras que la idea de requisito o requerimiento funcional se centra en los componentes y en cómo se comporta un sistema. Ambos, de todos modos, se necesitan mutuamente porque ningún software puede implementarse si alguno de estos requerimientos falla o resulta defectuoso.
A partir de la teoría, y sin necesidad de ahondar demasiado en esta temática que exige conocimientos avanzados y un dominio sólido de cuestiones relacionadas a la programación y a la Informática, es posible mencionar algunas cuestiones generales que están consideradas como requerimientos no funcionales.
La portabilidad, el aspecto vinculado a la seguridad del sistema, el rendimiento, la accesibilidad, la eficiencia y la interfaz son, entre otras variables, parte del conjunto de los requerimientos no funcionales.
Más allá de los factores que influyan a la hora de juzgar cómo funciona un determinado sistema, resulta interesante tener en cuenta que estos requisitos pueden segmentarse en las categorías de Execution Qualities (detalles que pueden observarse mientras se ejecuta el sistema) y de Evolution Qualities (donde aparecen variables relacionadas a la estructura general de un software).